sábado, 23 de abril de 2011

Una noche lluviosa de mostro

(Una hoja de mi diario)



Para Maye, mi amiga.




Run, run, run away
Lost, lost, lost my mind
(Yyy´s)




Ayer fue cinco de abril. Mayela y yo emprendimos un viaje en bicicletas en honor a Kurt Cobain, nuestro destino: Chacalandia, nuestras pasajeras; unas botellas llenas de “mostro” de melón con Aderogil.



Parecía como si el cielo se hubiese percatado de nuestro maléfico plan, ya que la naturaleza se conmocionó; oscureció, comenzó a lloviznar, el viento azotaba las ramas de los árboles, y los truenos en forma de aneurismas nos dieron la escenografía perfecta para el comienzo de una película narrada por Vincent Price… o en su defecto César Évora.
A pesar de la semiótica divina, nuestras conciencias no evocaban el presentimiento de un desenlace tan horrendo, así que comenzamos a pedalear mientras recordé a mi madre citándome una de sus líneas favoritas de La Biblia: “Ves la tempestad y no te hincas”… Pues no; Veo la tempestad y mejor le pongo Aderogil a los mostros, no seré muy religiosa, pero sí odio la gripe.

“¿Falta mucho?” –pregunta Mayela jadeando mientras pedalea y le da un trago a nuestra asquerosa bebida. –Sí, Maye, no vamos ni a la mitad –le digo. Ella le da un trago más grande y suspira mientras su cabello corto se levanta con el viento y veo cómo disfruta de las gotitas de agua cayendo a gran velocidad sobre sus párpados azules. –Esta vieja se va a dar en la madre –pienso.
Nee, San Kurt patrono de las chicas imprudentes y mal vestidas nos ampare.



Ya vamos a la mitad… un rayo de tonalidad rojiza ilumina el cielo y me recuerda a mi papá, “Los rayos son las venas del cielo”; frase muy querida por ambos… Un día él me dijo: “Escribe, escribe todo lo que se te vaya a olvidar, y lo que no, también”. –Escribiré esto para Maye –me digo. Sólo espero que mi padre no lo esté leyendo, o sus amigos, ¡ya me imagino!: “Oye René, ¿que tu hija toma mezcal con ampolletas para el catarro? ¡Que tu hija festeja a Kurt Cobain!”. A veces pienso que les iría mejor en la CIA que en el CEA.

“– ¡Viri, cuidado con el tope! –“. ¡CHIN!. –Córrele, Mayela, recoge mi celular, ¡no mames!, ¡el mostro, agarra el mostro! –grito. ¡AAAAH! ¡Qué fue eso! “– ¡AAAY, un carro aplastó mi Labello! –“grita Mayela...
–¿Neta eso fue el Labello?, explotó bien gacho –digo. “–¡Ayyy mi Labello rojo y bonito! –“. –Ni modo, Maye, luego te compras otro –le digo todavía asustada. “–¡Mi Labello nuevo y suavecito, con brillitos! –“...
Ay, pinche Mayela, ya está peda.

Ni era por aquí... aquí ya ni está pavimentado. Chale, ¿y el alumbrado público?... ¿Y Mayela?, pero si me iba siguiendo...


–¡Mayelaaaa! –
“–¿Quééé? –“.
–Nada, nada –.

Ya llegamos.



–¿Los esperamos?, ¿les decimos que estamos aquí? –.“–Nee, mejor saca el otro mostro… y vámonos a otro lado –“. –¿A dónde? –. " –A donde sea –". –Pues vámonos, pero ahora cantando, ¿si? –. "–¡Bueno! –".



Load up on guns and
Bring your friends
It's fun to lose
And to pretend
She's over bored
And self assured
Oh no, I know
A dirty word



¡Hello, hello, hello, how low!
¡Hello, hello, hello, how low!
¡Hello, hello, hello, how low!.............







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