En la primera noche, ellos se aproximan
Y recogen una flor de nuestro jardín
Y no decimos nada.
La segunda noche, ya no se esconden,
Pisan las flores,
matan nuestro perro
Y no decimos nada.
Hasta que un día, el más frágil de ellos
Entra solo en nuestra casa, nos roba la luna, y
Conociendo nuestros miedos,
Nos arranca la voz de nuestras gargantas
Y porque no dijimos nada
ya no podemos decir nada
Vladimir Maiakovski
Justamente, leí primero este y me hizo acordar al de más abajo, al de Brecht.
ResponderEliminarSaludos.
No conocía este texto y me encanto, piche Maiakovski.
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